jueves, 29 de noviembre de 2012

Te mando los escritos de mi amigo Barthes. El que conocimos en Bruselas.
Cariños-
C-


Espero una llegada, una reciprocidad, un signo prometido. Puede ser fútil o enormemente patético. Todo es solemne: no tengo sentido de las proporciones.
Hay una escenografía de la espera: la organizo, la manipulo, destaco un trozo de tiempo en que voy a imitar la pérdida del objeto amado y provocar todos los afectos de un pequeño duelo, lo cual se representa, por lo tanto, como una pieza del teatro.
La espera es un encantamiento: recibí la orden de no moverme. La espera de una llamada telefónica se teje así de interdicciones minúsculas, al infinito, hasta lo inconfesable: me privo de salir de la pieza, de ir al lavabo, de hablar por teléfono incluso; sufro si me telefonean; me enloquece pensar que a tal hora cercana será necesario que yo salga, arriesgándome así a perder el llamado. Todas estas diversiones que me solicitan serían momentos perdidos para la espera, impurezas de la angustia. Puesto que la angustia de la espera, en su pureza, quiere que yo me quede sentado en un sillón al alcance del teléfono, sin hacer nada.
El ser que espero no es real. El otro viene allí donde yo lo espero, allí donde yo lo he creado ya. Y si no viene lo alucino: la espera es un delirio.


miércoles, 28 de noviembre de 2012

Le force de fuir


Cuando la emoción de estar vivos decae solo nos queda resistir. Resistir a los bautismos, al mal gusto, a la delgada linea que nos separa de estar muertos. Esta mañana Juliet desperté y tuve la sensación que ya no quedaban sogas. Esta metáfora puede mal interpretarse, solo me refiero a hilos que nos sostengan unidos a este mundo, me refiero a un tejido, a una red.Si, a una red me refiero. Esta mañana en el café de Saint Jorge te escribí "Juliet mis angustias son inútiles, incesantemente estúpidas...  cada vez más inútiles como el infinito. Es inútil lo que no tiene ni tendrá consecuencias"

Disculpa mi ánimo pero he tenido que soportar agudas y sostenidad migrañas (de las que solía tener de pequeña). Mi cabeza tiene ese sádico mecanismo para hacerse dejar de pensar.

Ojala pueda resolverlo.
Ana Karina es una gran mujer. A veces de perfecta duele.


martes, 27 de noviembre de 2012

Un fragment de film

Cath en un rapto locura te envío esta cinta 16mm con mi telegrama. Esta noche dicen que llegaremos a tierra. Del barco se desprende un pequeño bote que lleva cartas y embalajes para las costas cercanas. Allí viajará este telegrama hasta que en tierra pueda ir al correo a enviarte estas hojas que guardo en mi cuaderno, se mojaron con el agua de la cubierta pero entenderás lo importante.

Espero aún funcione tu proyector de 16mm, se que podrás arreglarlo, siempre arreglas todo. Es el fragmento que me gusta, de seguro lo recuerdas.


Dans le cuebierta ils attendent tes lettres

Juliett



domingo, 25 de noviembre de 2012

Depuis le port avec la brise de la mer

Estimada Cath ya estoy recuperada, estoy en un lugar sin correo y no me dan más tiempo que este para entregar este pequeño telegrama, mi barco esta por salir y las bocinas son cada ves más fuertes.

Soy feliz de leerte, mañana tendré correo cuando llegue a bruselas, estaré encantada de relatarte este viaje y contestar tus cartas.

Adoro las fotos, a Ti y a Marcel.

La película de ayer decía esto:
"Quizás la belleza fortalezca nuestra decisión"


Y aquí un Baudelaire fragmentado antes de que este hombre arrebate mi carta.

Mi juventud no fue sino una tenebrosa tormenta,
Atravesada aquí y allá por brillantes soles;
El rayo y la lluvia han causado tal estrago
Que en mi jardín quedan muy pocos frutos bermejos. 

He aquí que he alcanzado el otoño de las ideas,
Y que es preciso usar la pala y el rastrillo
Para reunir de nuevo las tierras inundadas,
Donde el agua abre agujeros tan grandes
como tumbas. 

Charles Baudelaire

Hasta mañana Catherine,
Espero no te sientas arrebatada con mi telegrama desordenado y fugaz.

Depuis le port avec la brise de la mer
Juliett

viernes, 23 de noviembre de 2012

Del baúl de Marcel.

En París, cuando fuimos con Marcel a buscar  almendras.

Esta foto la saco el Sr Jones, cuando visitamos a Edna en Estocolmo.
Esta foto es una de mis preferidas. La saco Margarett en la casa del Lago.
Estas muy graciosa con ese cochecito.
Duelo de fotos con Marcel.
































































Este sábado un evento importante me obligo a  visitar la ciudad de París  Obligado también fue encontrarme con Marcel. Luego de comer su especialidad de limón, me entrego un sobre con fotos de ambas! Había olvidado casi todo. Las comparto contigo, para que esa pierna recupere sus fuerzas. 
Abrazo, Cath.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Le mots qui saignent

Querida Juliet.

Sabrás de memoria que cuando los petirrojos comienzan a cantar, hay que procurarse agua y alguna escondite segura. En el día de ayer paso lo que tarde o temprano pasaría. No logré cubrirme a tiempo y me hipnotizaron. Cuando desperté estaba dormida sobre el techo de la casa de Marie Jullefhs, con una extensa lista en la mano. Aún hoy no logro descifrar que palabras los pájaros me susurraron, ya que los manuscritos no presentan ningún patrón claro. Te la envío, quizá tu puedas ayudarme. Es de vital importancia comprender nuestras acciones cuando estamos convertidas.

Transcripción exacta de la lista manuscrita.

El mundo se divide en:

Los enanos malditos, las minuciosas partículas que todo lo sostienen, el año nuevo, la sabiduría mahorí, los colchones inflables, el estado de palestina, nadie que de memoria sepa ocho himnos nacionales, las mujeres llamadas Sofia, el que juega y gana, los pichones de anaconda, las manos encintadas, el que sabe lo que sabe y calla, los minúsculos planetas que se burlan de nosotras, las manchas en la camisa de marcel, un disco envuelto en plumas, los que silban bajito para no llorar, el año contra natura, el si, el a veces, dos verduleros vampiros.

Necesito de tu lucidez.
Si no puedes escribir, aunque sea mándame una foto, una señal, así se que estas del otro lado.

Besos, Cath.

martes, 20 de noviembre de 2012

La mitad de uno más la otra mitad.

Si dimensionaras el alivio que me dio leerte, saberte despierta. Por un momento (por mas extraño que te parezca) sospeche que te había imaginado. Que un sueño largo y espumoso había llegado a su fin y que ya en vilo, me encontraría en una tierra de orcos y magos muertos sin siquiera imaginar donde el sur, donde el norte, donde el agua del río poderoso. No sonrías. Eso pensé. Marcel debería saber que nuestro amor es inmenso, se quedaría en paz. Imagino su risa profunda y un par de migas de Lemon pie en su bigote desprolijo. Siempre me cayeron bien los caballeros de bigotes desprolijos, otros mundos deben esconderse allí. Hoy los petirrojos hablaron. Dijeron cosas de dragones. Aveces sospecho que los pájaros que vuelan demasiado alto a diferencia de nuestros alados y rasantes compañeros, logran desarrollar un amor propio peligroso. Volar demasiado arriba debe mostrarte los abismos. El alma vista desde arriba debe ser puntiaguda y transparente.

Vuelvo a mi.

Gracias por enviarme este maravilloso texto. Me trajo a la memoria un largo viaje a Paris. Cuando tuvimos que salvar a Marcel de los azules. Lo recuerdas? Ese día, mientras leíamos en voz casi inaudible un párrafo que nos pareció muy cómico, una pareja detrás nuestro discutía.

Recuerdo que:
Ella no era bonita, pero tenía un hombro al descubierto y eso mezclaba todo.
El  caballero llevaba puesto un sombrero de pana verde moho, demasiado caluroso para la ocasión.
Cuando ella tenía razón, el muchacho miraba hacia la ventana y cerraba los ojos con fuerza.
Ella esperaba respirando fuerte. Ese aire movía la cintita de su cartera.

También recuerdo tu olor, mezcla exacta de transpiración y limón.
Y nada más, no recuerdo nada más.

Quiero estar en el mundo que nos sea posible.
Sino me separo de quien soy y me pierdo.
Cariños, Cath.

Un bateau de rouges-gorges


Catherine hoy me llegó el diario desde París, Marcel me envió dos copias, estoy segura que pensaba en tí. Hay un texto de Baudelaire que fue publicado el pasado domingo, te lo envío, me recuerda a nosotras.

Anoche soñé con nuestro barco, era una noche oscura, vértices de luz nos iluminaban, nos sobrevolaban pájaros nocturnos, la brisa era maritima, te recuerdo tan feliz de viajar, me leías un fragmento de tu diario, te entristecías y volvías a estar feliz en la última hoja.

Seré más breve, es que me costará escribirte los próximos días, nada es fácil desde aquí.


Domingo 
Diario Le Prunne- Paris

La Invitación al viaje - Baudelaire

Hay un país soberbio, un país de Jauja -dicen-, que sueño visitar con una antigua amiga. País singular, anegado en las brumas de nuestro Norte, y al que se pudiera llamar el Oriente de Occidente, la China de Europa: tanta carrera ha tomado en él la cálida y caprichosa fantasía; tanto la ilustró paciente y tenazmente con sus sabrosas y delicadas vegetaciones.

Un verdadero país de Jauja, en el que todo es bello, rico, tranquilo, honrado; en que el lujo se refleja a placer en el orden; en que la vida es crasa y suave de respirar; de donde están excluídos el desorden, la turbulencia y lo improvisto; en que la felicidad se desposó con el silencio; en que hasta la cocina es poética, pingüe y excitante; en que todo se te parece, ángel mío.

¿Conoces la enfermedad febril que se adueña de nosotros en las frías miserias, la ignorada nostalgia de la tierra, la angustia de la curiosidad? Un país hay que se te parece, en que todo es bello, rico, tranquilo y honrado, en que la fantasía edificó y decoró una China occidental, en que la vida es suave de respirar, en que la felicidad se desposó con el silencio. ¡Allí hay que irse a vivir, allí es donde hay que morir!

Sí, allí hay que irse a respirar, a soñar, a alargar las horas en lo infinito de las sensaciones. Un músico ha escrito la Invitación al vals; ¿quién será el que componga la invitación al viaje que pueda ofrecerse a la mujer amada, a la hermana de elección?

Sí, en aquella atmósfera daría gusto vivir; allá, donde las horas más lentas contienen más pensamientos, donde los relojes hacen sonar la dicha con más profunda y más significativa solemnidad.

En tableros relucientes o en cueros dorados con riqueza sombría, viven discretamente unas pinturas beatas, tranquilas y profundas, como las almas de los artistas que las crearon. Las puestas del Sol, que tan ricamente colorean el comedor o la sala, tamizadas están por bellas estofas o por esos altos ventanales labrados que el plomo divide en numerosos compartimientos. Vastos, curiosos, raros son los muebles, armados de cerraduras y de secretos, como almas refinadas. Espejos, metales, telas, orfebrería, loza, conciertan allí para los ojos una sinfonía muda y misteriosa; y de todo, de cada rincón, de las rajas de los cajones y de los pliegues de las telas se escapa un singular perfume, un vuélvete de Sumatra, que es como el alma de la vivienda.

Un verdadero país de Jauja, te digo, donde todo es rico, limpio y reluciente como una buena conciencia, como una magnífica batería de cocina, como una orfebrería espléndida, como una joyería policromada. Allí afluyen los tesoros del mundo, como a la casa de un hombre laborioso que mereció bien del mundo entero. País singular, superior a los otros, como lo es el Arte a la Naturaleza, en que ésta se reforma por el ensueño, en que está corregida, hermoseada, refundida.

¡Busquen, sigan buscando, alejen sin cesar los límites de su felicidad esos alquimistas de la horticultura! ¡Propongan premios de sesenta y de cien mil florines para quien resolviere sus ambiciosos problemas! ¡Yo ya encontró mi tulipán negro y mi dalia azul!

Flor incomparable, tulipán hallado de nuevo, alegórica dalia, allí, a aquel hermoso país tan tranquilo, tan soñador, es adonde habría que irse a vivir y a florecer, ¿no es verdad? ¿No te encontrarías allí con tu analogía por marco y no podrías mirarte, para hablar, como los místicos, en tu propia correspondencia?

¡Sueños! ¡Siempre sueños!, y cuanto más ambiciosa y delicada es el alma tanto más la alejan de lo posible los sueños. Cada hombre lleva en sí su dosis de opio natural, incesantemente segregada y renovada, y, del nacer al morir, ¿cuántas horas contamos llenas del goce positivo, de la acción bien lograda y decidida? ¿Viviremos jamás, estaremos jamás en ese cuadro que te pintó mi espíritu, en ese cuadro que se te parece?

Estos tesoros, estos muebles, este lujo, este orden, estos perfumes, estas flores milagrosas son tú. Son tú también estos grandes ríos, estos canales tranquilos. Los enormes navíos que arrastran, cargados todos de riquezas, de los que salen los cantos monótonos de la maniobra, son mis pensamientos, que duermen o ruedan sobre tu seno. Tú los guías dulcemente hacia el mar, que es lo infinito, mientras reflejas las profundidades del cielo en la limpidez de tu alma hermosa; y cuando, rendidos por la marejada y hastiados de los productos de Oriente, vuelven al puerto natal, son también mis pensamientos, que tornan, enriquecidos de lo infinito, hacia ti.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Preludio 1


Estimada Catherine

Temo que solo voy a contestar a esta carta hasta poder salir de mi internación, no me es fácil escribir con estos dolores. La enfermera de esta tarde ha sido tan poco cálida conmigo como mi madre en los últimos años de mi niñez, he dormido mucho ayer y creo que podré esperar a quien la siga en turno para sentirme mejor. Catherine he empezado a recordar mucho algo que no es un recuerdo, tengo miedo de perder los vértices de mis deseos, aquí las persianas son grandisimas no logro nunca ver más que los fragmentos de luz que entre ellas se escapan. Vas a tener que perdonar mis incoherencias, son parte de lo que soy aquí, me dan medicamentos todo el tiempo, creo que están haciéndome daño, como no puedo salir, se aprovechan de su falta de sabiduría para mantenerme calma.

Tengo la sensación de haberte escuchado anoche al lado de mi cama, como cuando viajábamos, recuerdo mientras me dormía el pasar de las hojas de tu libro. Ahora escucho frases en sueco todo el día, por suerte tengo Jane Eyre en lo que quedó de mi bolsa, al caer la noche pediré una vela y comenzaré a leerla de nuevo.

Mariel la enfermera que ha traído este lápiz de carbón y hojas, es bellisima, austera como todos, pero en sus ojos hay brillo, es casi un Modigliani. Le conté sobre los petirrojos, inventé en un rapto de locura y bienestar, una historia sobre petirrojos, me pareció que una joven de su naturaleza podría entenderlo, pero no Catherine, sigo estando sola aquí, me miró y me preguntó si quería cenar, la observé en silencio y me dormí, me tranquilizo pensar en que al menos sigue siendo nuestro secreto.

En pocos días estaré viajando de nuevo. Me envolverán durante la noche los petirrojos, los aguardo como a tus cartas, recordaré este brillo antes de caer en la almohada.

Tienne dans le monde et à la distance,

Juliet

Pd: Te dejo el Modigliani, tengo muchas láminas en mi cuaderno, quiero que guardes esta.




Temporada de luciérnagas.

Juliet, hoy vi diez. Brillaron todo el tiempo, por lo cual deduzco son las que solíamos cazar cuando íbamos a Seinet Ross con los mellizos y no las clásicas luciérnagas del lago. Primero me puse muy feliz pero luego una melancolía extrema se apodero de mí. No es que extrañe esos meses, pero algo se condensa dentro mío. Cuando disipe estas emociones con mayor claridad, prometo compartirlas. Estoy haciendo una terapia acuática. En este momento imagino tu cara sonriendo (me quedo con esa fotografía).

Saludos a tu pierna dañada. Te envío una filmación que encontré hoy entre bártulos viejos. Creo que la hicimos juntas en la navidad pasada. La tecnología avanza y yo cada vez mas vieja. Espero hacerlo bien.
C.


domingo, 18 de noviembre de 2012

Estocolmo. Primer Día.

Juliet, debido a tu reciente internación - la cual lamento inmensamente- es que he decidido mantener nuestro vinculo epistolar, aunque no puedas contestar mis misivas. Se que si pudieras, lo harías. He hablado con Elise Tillard, la encargada de enfermeras y me prometió que todas las noches antes de tu última comida, la cuidadora de turno va a leerte en voz tenue y tratando de no ser tosca, mis palabras. Si supieras lo que nos ha costado ponernos de acuerdo, ella en su sueco elemental y yo en mi alemán empobrecido.
Te pido cierres los ojos e imagines esta música cada vez que tu pierna falle. Este preludio es la única manera que tengo de estar allí cuidándote. Tendrás claro el motivo por el que te recuerdo esta sucesión de notas y no otra, en este momento y bajo estas extrañas circunstancias. No contradigas a los médicos, ellos necesitan que creas en su conocimiento.


Cariños, C.
Pd: Los petirrojos me preguntaron. Les susurre con palabras amables todo lo que debía.


















sábado, 17 de noviembre de 2012

El brillo que encandila.


Juliet, por fin he llegado de Bangladesh. Apenas me enteré lo de los petirrojos
decidí en un rapto de locura, comprar un mercedes del color que llevan nuestros pájaros.
Pensarás que es una forma muy frívola de homenajear su presencia y no podría discutirte, 
la frivolidad siempre ha sido mi talón de Aquiles. Igual, espero sepas comprender 
que lo he hecho con todo mi corazón. Ansio respondas mi carta a la brevedad.
Se que has estado viajando, ojala no te hayas olvidado de visitar una plaza y una catedral,
yo jamás he dejado de cumplir esa estúpida promesa.

(Adjunto autorretrato junto al carro, sacado el miércoles pasado a eso de las 11am)
Tuya, Chaterine.