Estimada Catherine
Temo que solo voy a contestar a esta
carta hasta poder salir de mi internación, no me es fácil escribir
con estos dolores. La enfermera de esta tarde ha sido tan poco cálida
conmigo como mi madre en los últimos años de mi niñez, he dormido
mucho ayer y creo que podré esperar a quien la siga en turno para
sentirme mejor. Catherine he empezado a recordar mucho algo que no es
un recuerdo, tengo miedo de perder los vértices de mis deseos, aquí
las persianas son grandisimas no logro nunca ver más que los
fragmentos de luz que entre ellas se escapan. Vas a tener que
perdonar mis incoherencias, son parte de lo que soy aquí, me dan
medicamentos todo el tiempo, creo que están haciéndome daño, como
no puedo salir, se aprovechan de su falta de sabiduría para
mantenerme calma.
Tengo la sensación de haberte
escuchado anoche al lado de mi cama, como cuando viajábamos,
recuerdo mientras me dormía el pasar de las hojas de tu libro. Ahora
escucho frases en sueco todo el día, por suerte tengo Jane Eyre en
lo que quedó de mi bolsa, al caer la noche pediré una vela y
comenzaré a leerla de nuevo.
Mariel la enfermera que ha traído este
lápiz de carbón y hojas, es bellisima, austera como todos, pero en
sus ojos hay brillo, es casi un Modigliani. Le conté sobre los petirrojos, inventé en un
rapto de locura y bienestar, una historia sobre petirrojos, me
pareció que una joven de su naturaleza podría entenderlo, pero no
Catherine, sigo estando sola aquí, me miró y me preguntó
si quería cenar, la observé en silencio y me dormí, me tranquilizo
pensar en que al menos sigue siendo nuestro secreto.
En pocos días estaré viajando de nuevo. Me envolverán durante la noche los petirrojos, los aguardo
como a tus cartas, recordaré este brillo antes de caer en la
almohada.
Tienne dans le monde et à la distance,
Juliet
Pd: Te dejo el Modigliani, tengo muchas láminas en mi cuaderno, quiero que guardes esta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario